El pasado día de Sant Jordi, por la noche, Marina Prados y Paula Knüpling recorrían Barcelona para hacer un graffiti. Se habían conocido en Berlín, donde residen habitualmente, y estaban trabajando en la nueva pieza de Els Malnascuts, el laboratorio de creación joven de la Sala Beckett, que este año ha presentado un trabajo conjunto con la compañía P14 de la Volksbühne berlinesa. Todo iba bien hasta que la policía decidió detener a Marina «por un graffiti que no había hecho», nos explica. La retuvieron ocho horas en comisaría, cuando lo normal es que te pongan una multa y ya está. Esto las dejó en shock. Y de ahí nace ‘It’s all about the hairstyle’, que se podrá ver a principios de julio en La Gleva y que después, en otoño, viajará a la Volksbühne.
De hecho, Marina y Paula tenían otro proyecto, con los videoartistas Adrià Botella y Oriol Guanyabens: un documental sobre los graffiti y la libertad de expresión. Pero, «cuando pasa lo de Marina, la cosa cambia», apunta Guanyabens. Y decidieron, añade Prados, levantar una obra de teatro urgente «sobre los límites del arte y dónde está la libertad de expresión». «Queremos llevar el teatro al hoy», remarca la codirectora, junto con Knüpling, de ‘It’s all about the hairstyle’.
El 1 de octubre, ante todo lo que estaba pasando en Cataluña con la convocatoria del referéndum, Prados y Knüpling decidieron dejar Berlín e instalarse en Barcelona. Han vivido en carne propia las campañas de desinformación, manipulación y «la nube mediática donde es muy fácil perderse». Con la pieza que estrenan en La Gleva, apunta Botella, «queríamos tomar las riendas de la información» y dar su punto de vista. O, como dice Knüpling, que lo que le pasó a Marina no lo cuente otro.
Los cuatro son muy jóvenes: Knüpling y Prados tienen 23 años, Botella 24 y Guanyabens 27. Y ya sienten la «responsabilidad como artistas» de enfrentarse al mundo que les ha tocado vivir. Así, a partir de un caso real hablan de todo lo que estaban trabajando y, sobre todo, de cómo ellos mismos han tendido a censurarse, hasta dónde pueden hablar. «El miedo a decir algo que pueda herir te bloquea como artista», indica Guanyabens.
«Hay un vacío en el teatro catalán, que no conecta con lo que somos», indica Prados. Por eso, con ‘It’s all about the hairstyle’, buscan «recuperar la esencia del teatro». Y recuerda que «a menudo nos perdemos en la forma y nos olvidamos de crear a partir de lo que vivimos cada día». Todos reclaman hacer más contemporáneo el teatro. Y no quieren, como decían antes, que alguien más hable por ellos. «Queremos hablar de nosotros: somos jóvenes, pero no por eso somos menos», dispara Prados.
En Barcelona, a diferencia de Berlín, donde todas las grandes casas disponen de compañías y espacios para los jóvenes, la gente que empieza no tiene muchas oportunidades de mostrarse. «En Berlín, los grandes no nos ven como teatro de menor calidad y a menudo se inspiran en nosotros», dice Prados. «Allí hay mucha actualidad y si aquella semana han echado a Frank Castorf [mítico director alemán] de la Volksbühne, en el teatro se hablará de ello».
NO TE LO PIERDAS: Las mejores obras de la cartelera, según los críticos de Time Out.